domingo, 22 de noviembre de 2015

Yeux






Si no escribo de tus ojos me va dar algo,
se me caerán los dientes en los sueños
Y las hormigas  devorarán los chocolates a medio comer
que escondo en mis zapatos.

Tus ojos son, y miro la luna,
los  de un  perro que acaba de dañar un mueble.
Luciérnagas  iluminando la fría noche de un paisaje desolado.

Alzas  tu mirada  para no verme más
y el cielo se incomoda un poco.
A veces no quisiera escuchar cómo se amaina el sonido de tus pasos.
Y me quedo ahí parado,
Desaborido,
Como una de esas extrañas piedras
que dejan de rodar cuando no las miras.

jueves, 16 de julio de 2015

Alrisha





Pasas por mi lado un poco triste,
te encorvás un poco y ocultás tu corazón
para que no se enrede entre las ramas
 de algún  un árbol de hojas pequeñas y filosas.

(No es tan de noche como a veces lo pienso)

La vida  se pone un poco púrpura
y las veraneras abrazan los arboles sin flores
que agitan sus sonrisas con la brisa  de la tarde
mientras  pequeños colibríes  descansan en sus ramas.

(No es tan ocaso como a veces lo veo)

No estás del todo lejos de este mundo,
Un par de sueños coloridos te acompañan,
Y una  pequeña y cálida  sonrisa
Llevó tu pecho lejos;

Más allá de lo que todos piensan;
Más allá del mundo de los hombres.  

sábado, 6 de junio de 2015

CEFALEA DEL SUICIDA



En Lagash fui vapuleado
por los hombres cercanos al toro y al león,
y mis palabras llenas de desdicha
llegaron a oídos de Ihskur.
Mi huida atravesó  el tiempo
Y Adad relevó el odio en Babilonia.

Vagué las orillas del Éufrates
Hasta perder  el rumbo y encontrar
A los seguidores de Aelo,
A los que importuné con mis historias de dioses antiguos.
Así fue como gané  la antipatía de Yahvé.

En Grecia renegué de Zeus  y fui expulsado hacia el norte,
en donde la precariedad del dios del martillo me causó una risotada.
No fui perdonado tampoco.
Ya me había cansado de temer.

Hoy  deambulo las Antillas  comparando a  Changó
con un mono, los ojos de los hombres muestran su desprecio.

Escondido en la última aldea,
en el último cuarto de una vieja casa,
bajo la cama,
espero el castigo de las deidades.

(A veces sospecho que es solo  una)

Esta noche la medialuna corta la tiniebla,
señal de mi infortunio,
y los truenos de los dioses descansarán en mi entrecejo.



domingo, 19 de abril de 2015

Un poeta japonés espera un cielo del color de la flor del cerezo.





Ahora que sé que voy a morir
El mundo se ha vuelto hermoso
de una manera un tanto infame.

El aguanieve gotea por los techos
dejando a su paso  pequeñas estrellas
que enfrían  los rayos de sol que bajan
por la montaña.

Durante algún tiempo he compartido
mis verduras con los niños,
y un poco de arroz
y un poco de daikon
han alegrado nuestras huertas.

Hace más de diez años
una bestia de fuego tomó el aliento de Toshio,
(También vendrá por mí)
y ahora no puedo más que esperar,
aferrado a este boleto,
el viaje sideral que me llevará a su encuentro.

El corazón de Sakiamuni
me ha mostrado el camino;
un cielo rodocrosita 
Será mi llamado.

ya no tengo miedo,
ni de la lluvia,
ni de la nieve,
ni del viento,
ni del calor veraniego.


viernes, 17 de abril de 2015

A una poeta inocente




No hay un verso manchando algún cuaderno,
ni frases que hacen guiños a los claustros.
Se enamoró de las calles,
de la gente, de los árboles,
mientras disfrutaba de la angustia de las aves.
Su lápiz es inútil cual espada
y a su paso palidecen los espejos.
No quiere que los atardeceres púrpuras
y las lluvias
y las manos de una amiga
y los labios inquietos de un chico
y la piel que se extiende por su cuerpo,
se marchiten en una escala de grises.
Ella es poema,
el poema que navega boca arriba
mientras el río se lo lleva lejos.
Su cuerpo  no se mueve como antes,
tiene frío y se tiene a ella.
Y  su sonrisa  sale desde el fondo
y el universo sabe reflejarse en sus ojos.

martes, 3 de marzo de 2015

Órbita





A la deriva de la noche, triste, por los ríos oscuros.
No debería estarlo, no debería serlo.
Mi voz se hace grave y gangosa
y las palabras más bellas toman filo,
y cortan  un par de alas
antes de sacarle algunas chispas al pavimento.
Sonrío de forma estruendosa;
esclavo de una felicidad que nunca recuerdo.
El sol de la mañana me depara un destino sediento,
 siempre un poco más solo,
siempre un poco más triste.

No debería estarlo, no debería serlo.

sábado, 7 de febrero de 2015

Léperis





Como nunca había sucedido,
en un movimiento inusual del tiempo,
las flores se abalanzaron sobre ti
y llenaron tu cuerpo de colores.

Quise llamarte jardín,
pero mis palabras no te hicieron justicia
y guardaste silencio,
mientras las mariposas llegaban.

Y los pequeños seres juntaron sus alas
en un círculo donde el rojo y el violeta parecían abrazarse;
armonía cromática y musical
de danza y jolgorio.

Y el néctar,
el néctar había llenado todas tus cavidades,
llegando lo profundo de tu ser.

Una pequeña sombra en mi pecho.

Quise cerrar muy fuerte mi mano
y librarte de tu soberbio destino,
pero mi corazón  se volvió contra mi envidia.

Y entonces vi como volabas,
más  allá de las nubes,
más allá del horizonte.
Y te llamé Cielo,
Pero ya no me escuchabas,
Aunque estuvieras miles de veces.



lunes, 2 de febrero de 2015

ELLA







A veces en secreto me pregunto,
los rayos de la luna tras mi cama,
el porqué de mi mirada y mis deseos.
La sangre  que va y viene entre mi pecho.

¿Cuál será el rigor que mide los amores?
Será acaso la felicidad de los cuerpos luminosos que coinciden,
la mirada cómplice de una tibia supernova,
o las manos entrelazadas ante el cataclismo.

Y pienso en lo que dices de las aves migratorias,
del inmenso mundo que recorren,
siendo tan frágiles y dulces;
tan inocentes del camino recorrido.

De lo que fuimos una tarde de un color que ya conoces,
el destino  de una estrella  que se marcha.
Nuestro rostro reflejado en los espejos
y los ojos que han jugado a no encontrarse.

Las  formas navegando entre los tiempos,
intentando encontrar en  cada puerto,
la sonrisa que sepulta las angustias
del  viajero que ha decidido perderse.

Y te encuentro,
y te siento;
entre los intervalos de tiempo acordados,
y sonrío,
mientras  los nimbos danzan,
la melodía púrpura de un sol que se extingue.






sábado, 31 de enero de 2015

Las noches oscuras no son para respirar






Las noches oscuras no son para respirar,
el ruido enloquece a las aves nocturnas,
la lluvia  frunce el ceño y se guarda en sus nubes
para no lavar  las  tristezas.

Los sueños se confunden con la ropa sucia
y  los  seres alados se encarcelan entre cortinas y ventanas.
Los monosílabos rasgan las palabras de aliento,
las chicas  raspan sus rodillas en la huida.

La luna se agazapa y las estrellas se esconden tras ella,
los seres nocturnos se hacen uno con sus sombras.
Las madres liman los colmillos de sus hijos,
mientras pasan los dedos por un rosario.

En medio de la ciudad, una hoguera ciega a quien busca su luz,
y los hombres se refugian en su pasado glorioso.
Los chicos se acobardan  y miran hacia otro lado
cuando Euterpe  pasa con su ropa hecha jirones.

Me han dicho que en estos casos se debe volver a lo básico,
al origen.

Trato de llenar mis pulmones de aire,
pero se llenan de una fina ceniza.
Ya lo he dicho,

Las noches oscuras no son para respirar.





miércoles, 28 de enero de 2015

Moan





Mis poemas no son puñales
que cortan una vida en dos.
No son flechas certeras en el corazón de la deidad,
ni cálidos besos en los labios de nadie.
No son llanto,
ni oscuridad absoluta.
No llegan a tristeza.
No son alegría en el corazón.
No iluminan, ni oscurecen.
No generan indiferencia.
No llevan un velo místico que los proteja.
No son patadas en las bolas de nadie,
ni susurros en el oído de una amante.
Y yo por allá escondido detrás de una mata de esas que pican,
Veo como los lees y tuerces la trompa.
Me hago la pelota,
me rasco por todos lados,

Y trato de seguir escribiendo.

sábado, 17 de enero de 2015

Octava línea de los universos


La conocí tambaleante,
una arcada tras otra contra el blanco aséptico;
el movimiento errático del hospital.

Caminamos el otoño  que nos dejaba ir
como si nunca hubiésemos existido,
buscando un lugar desconocido
donde reposar  nuestro olvido.

Y así pasaron los meses y ella decía:
¡Busca cómo vivir! ¡Eres bueno en lo que haces!
Y yo no sabía en qué era bueno, ni qué hacía;
no sabía nada más allá de su sonrisa y
del viento en su vestido.

Le dije que venía de muy lejos,
de un lugar absurdo y tropical.
Le hablé de la multiplicidad de los universos
y  de las pompas de jabón,
y de mi regreso.

Me miró con asombro y apuntó
Lo innecesario de esa complejidad.
Y se fue
y nunca más volví a verla.


Retorné a mi universo.
con algo de rencor,
con algo de desazón,
Ahora estoy en  el mismo sitio;
con una parte de cama y otra de techo.





Ahí van poetas

  Ahí van poetas que sin pala ni farol renuncian a la furtividad de la noche para atravesar las majestuosas montañas y buscar tonalida...