La mañana siguiente.
Ahora que te has ido puedo amasar mi tristeza,
darle redonda forma de buñuelo
y lanzarla por un resbalador
Y esperar que dé la vuelta al mundo y vuelva de nuevo a su sitio.
Puedo juntar mis temblores con un tenedor
y batir dos claras de huevo
para darte una torta cuando te vea.
Apagar a mordiscos un desayuno continental doble,
picar lo que queda de un banano,
mezclarlo en una taza con un poco de leche y hojuelas.
Y lanzarme al fondo del pocillo
y ser un poco él y lo que tiene.
Comentarios
Publicar un comentario