sábado, 7 de febrero de 2015

Léperis





Como nunca había sucedido,
en un movimiento inusual del tiempo,
las flores se abalanzaron sobre ti
y llenaron tu cuerpo de colores.

Quise llamarte jardín,
pero mis palabras no te hicieron justicia
y guardaste silencio,
mientras las mariposas llegaban.

Y los pequeños seres juntaron sus alas
en un círculo donde el rojo y el violeta parecían abrazarse;
armonía cromática y musical
de danza y jolgorio.

Y el néctar,
el néctar había llenado todas tus cavidades,
llegando lo profundo de tu ser.

Una pequeña sombra en mi pecho.

Quise cerrar muy fuerte mi mano
y librarte de tu soberbio destino,
pero mi corazón  se volvió contra mi envidia.

Y entonces vi como volabas,
más  allá de las nubes,
más allá del horizonte.
Y te llamé Cielo,
Pero ya no me escuchabas,
Aunque estuvieras miles de veces.



lunes, 2 de febrero de 2015

ELLA







A veces en secreto me pregunto,
los rayos de la luna tras mi cama,
el porqué de mi mirada y mis deseos.
La sangre  que va y viene entre mi pecho.

¿Cuál será el rigor que mide los amores?
Será acaso la felicidad de los cuerpos luminosos que coinciden,
la mirada cómplice de una tibia supernova,
o las manos entrelazadas ante el cataclismo.

Y pienso en lo que dices de las aves migratorias,
del inmenso mundo que recorren,
siendo tan frágiles y dulces;
tan inocentes del camino recorrido.

De lo que fuimos una tarde de un color que ya conoces,
el destino  de una estrella  que se marcha.
Nuestro rostro reflejado en los espejos
y los ojos que han jugado a no encontrarse.

Las  formas navegando entre los tiempos,
intentando encontrar en  cada puerto,
la sonrisa que sepulta las angustias
del  viajero que ha decidido perderse.

Y te encuentro,
y te siento;
entre los intervalos de tiempo acordados,
y sonrío,
mientras  los nimbos danzan,
la melodía púrpura de un sol que se extingue.






Ahí van poetas

  Ahí van poetas que sin pala ni farol renuncian a la furtividad de la noche para atravesar las majestuosas montañas y buscar tonalida...