Lillium.
En tiempos de profunda obscuridad es cuando aquellas
estrellas que han guardado su resplandor suelen salir.
No están convencidas del brillo que emanan,
ni conocen los universos que colisionan a sus espaldas,
pero perciben aleteos de mariposas atigradas
y cierran sus ojos
para no ver como se apaga una luciérnaga.
Algunas veces sonríen,
otras se sienten confundidas.
Pero siempre están allí
en el momento preciso
ofrendando su luz.
Seguras y altivas;
aprenden a jugar con la noche.
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