
Muchas veces me pregunto en qué se enreda,
esa brisa hecha niña en la mañana.
Habrá un hombre desvaneciéndose en las nubes
que añoran sus días sin tormentas con nostalgia.
O pensará en los meandros de algún río
que sonríe con su padre una mañana,
de inquietas y atigradas mariposas.
Sólo llega y sentada mira el techo;
estadía ineficaz y necesaria,
no sonríe (o aún no la he visto)
Y aunque afuera el sol entibie con sus rayos,
Creo que espera a que escampe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario