jueves, 24 de febrero de 2011

Encuentro



Atraviesa la oscuridad de la galaxia,

anhelando el color irisado de los soles,

que iluminan universos esplendentes

y enamoran a los niños con sus filos.


A qué se deberá su lento trasegar por el espacio,

las lejanas luces prometidas por el tiempo,

la convicción de un corazón ya desolado

por los sueños devorados por el viaje.


Una humilde luz amarilla espera con tibios brazos de madre,

uno más en su dócil corazón, uno más en la pureza de su vientre.

Pero una soledad de princesa lo cautiva;

tan joven, tan bella, tan retraída en sus ropajes azules.


Rodea el firmamento, percibe lo eterno.

Abraza su amada y su cuerpo se enciende;

traje luminoso tejido con lágrimas de soles.

Y sonríe, y se apaga.

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