Moan





Mis poemas no son puñales
que cortan una vida en dos.
No son flechas certeras en el corazón de la deidad,
ni cálidos besos en los labios de nadie.
No son llanto,
ni oscuridad absoluta.
No llegan a tristeza.
No son alegría en el corazón.
No iluminan, ni oscurecen.
No generan indiferencia.
No llevan un velo místico que los proteja.
No son patadas en las bolas de nadie,
ni susurros en el oído de una amante.
Y yo por allá escondido detrás de una mata de esas que pican,
Veo como los lees y tuerces la trompa.
Me hago la pelota,
me rasco por todos lados,

Y trato de seguir escribiendo.

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