martes, 21 de enero de 2014

El día del venado


Prepara el corazón para las flechas.
Ya has conocido la dulzura de la hierba
y  los colores  que los dioses han derramado sobre el mundo.

Bebiste la transparencia del río
 y la lluvia dio frescura a tu pelaje.
Aprendiste a sonreír  a las caricias del viento
y un tibio cuerpo te alegró en las noches  frías.

El fragor de la batalla no te amedrentó;
embestiste al mundo entero con tus astas.

Chasquea tus cascos,
descansa sobre tus patas.
Puedes  por fin calmar tus ojos inquietos
y mirar  tranquilo al cielo.

Ya has conocido la dulzura de la hierba,
y  los colores  que los dioses han derramado sobre el mundo;
escucha el sonido  de tu pecho
y prepara el corazón para las flechas.




lunes, 6 de enero de 2014

Tengo ganas de llorar, pero no puedo.

Tengo ganas de llorar, pero no puedo.
Cuando era niño  a mi casa no la destruyeron las bombas,
ni mis padres perecieron  en una guerra abyecta.
En mi juventud no cambié  mi trabajo por comida agusanada,
ni combatí en una guerra que no me correspondía.
Tampoco fui  el mártir de una guerra justa,
ni mis hijos crecieron sin un padre.
Ascendí con la luz de la tarde en la espalda,
con el reflejo colorido de las flores,
con el camino secreto de los pájaros.
Tras de mí  gotea un mundo:
Dulce,
Tornasolado;
Sin nubes.
Debo sostenerlo.
Pero siento que me pudro
Y tengo ganas de llorar, pero no puedo.

Ahí van poetas

  Ahí van poetas que sin pala ni farol renuncian a la furtividad de la noche para atravesar las majestuosas montañas y buscar tonalida...