Soy quien  suspira en
la tiniebla,
buscando  un amor  que petrifica;
la melodía en el sueño de Endimión,
el viaje desenfrenado de Orlando.
Noche tras noche espero su llegada,
mientras Las nubes se arremolinan y esconden
la hoz afilada que anhelo.
Durante el día  cierro
mis ojos  e imagino
la redondez de su cuerpo,
la dulce  frialdad de
azogue,
la calidez de un amor despiadado.
Soy quien  suspira en
la tiniebla,
buscando  un cariño
 afilado.
Soy quien  suspira en
la tiniebla,
esperando entibiar hielo con  sangre.

No hay comentarios:
Publicar un comentario