Otoño
No quiere mirarla a los ojos,
ni sentir sus labios,
mientras la caída de una gota se eterniza.
No quiere la calidez que emana de su cuerpo,
ni burlar a la luna que la observa,
ni privar al viento de jugar con su cabello.
Y dice: si así ha sido decidido,
si soy eso que trashuma los espacios,
si soy eso que la oscuridad transporta,
si cargo paraísos irisados.
Y ella, ella que carga la sonrisa de las nubes,
los matices de mares recorridos,
las luces que se extinguen a lo lejos.
Ella se acostumbró a no esperar,
y aprendió a danzar ,inciertas alegrías,
la tenue melodía que inquieta al espacio.
Intentan no mirarse,
en su necesaria e ineficaz melancolía
hacen el tonto sonriendo nerviosos.
Silenciosamente aceptan su destino,
(fragmentado)
y conocen el fin tornasolado,
de una sutil colisión de universos.
Qué bueno. Intentá que el corte de los versos no te sirva solamente como signo de puntuación, a ver qué te sale.
ResponderEliminar