Tranquilidad






Traigo una tranquilidad solapada en mi consciencia,

aunque mi mundo esté en llamas

y ya no fluyan las sonrisas.



Traigo una tranquilidad peluda,

con el perdón de todos,

y pendiente de su risa

rasco mi cabeza.



Una tranquilidad de perro con la lengua afuera,

de gato ruidoso en la noche,

de rata escondida en la cocina,

de cucaracha besadora.



Una tranquilidad de corazón en la boca,

de revoltura de tripas,

de nausea matinal.



Tranquilidad de sacar al patio,

tranquilidad que se ha quedado sola;

tranquilidad de animal que,

cuando cruza la calle,

decide no mirar hacia los lados.

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