ELPIS




Me mirás de reojo y no sos capaz  de decirme nada del pantano en mi rostro,
de  la brea que sale de mi boca.
Y sigo hablando de los siglos que han pasado y de la palidez de la luna,
Rezumando  mi infundada oscuridad,
mientras el sol entibia el camino.
Aguardás,
esperás;
tus flores,
tus  aves,
no  saldrán hoy tampoco.
Sonreís, como si acabaras de ver el mundo por primera vez,
y tu sonrisa
le da un poco más de luz a la tarde.

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