Una chica que está de espaldas desea morir.




Atrás quedaron los días en que el viento
guiaba su vuelo por el cosmos;   
sus ojos encendidos,
la alegría emanada de su reflejo.

Su ceguera no ha aunado su belleza,
Pero ya de nada sirve, está muy lejos.

Por más que el cielo rehúse a sus nubes
Ella las siente, las crea y se enreda.
Ascendiendo muros infranqueables,
busca una alegría vuelta  piedra,
perdida en los ojos de una niña.

El mundo se ha vuelto pequeño,
ella lo sabe,
puede que esté viendo la espalda de alguien más
o que ya nada importe,
está lejos de ese juego.

Algo pequeño y colorido gira y gira en su corazón
(ligera sonrisa)
y toma aire, mucho aire.



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