Partida


No existe un solo día en esta vida,

en que el mundo no destruya sus castillos.

Ha de pensar entonces la mañana,

que no se debe levantar y seguir

el ayer que reclama su destino.

No existe algo que brille y no se apague

de repente; del todo.

No veras de nuevo las montañas,

ni los ríos, ni disfrutarás del baile de las plantas,

ni los rostros que en la calle te sonríen,

Ni el olor de una chica en la mañana.

No volverán a escucharse los murmullos

de mujeres en su fondo enamoradas,

los reclamos de los viejos olvidados,

los regaños de las madres preocupadas,

ni esa canción con la que amaste, tarde,

en la mañana.

eso que sentiste ya ha pasado,

qué queda, porqué debe quedar.

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