lunes, 14 de octubre de 2013

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Es tarde
y aquí estoy con mi sonrisa,
recordando todo lo que cubrió el agua
cuando solía sembrar  los mares
en medio de alegres tormentas.
No hacen falta lágrimas,
ya no soy joven
y es mi deber no confundir al tiempo.
C
R
I
S
T
A
L
E
S

lunes, 7 de octubre de 2013

ELPIS




Me mirás de reojo y no sos capaz  de decirme nada del pantano en mi rostro,
de  la brea que sale de mi boca.
Y sigo hablando de los siglos que han pasado y de la palidez de la luna,
Rezumando  mi infundada oscuridad,
mientras el sol entibia el camino.
Aguardás,
esperás;
tus flores,
tus  aves,
no  saldrán hoy tampoco.
Sonreís, como si acabaras de ver el mundo por primera vez,
y tu sonrisa
le da un poco más de luz a la tarde.

jueves, 23 de mayo de 2013

Hombre en llamas





Da un paso y siente esa bella luz que incinera
decide correr
Su destino   no le asusta
aún no lo conoce

Afuera se siente rojo
Un poco Marte con su escudo y su lanza
algo de miedo y pánico

Un poco más adentro es amarillo
dulce sol de la tarde
Una conversación que no olvida
la sonrisa sincera de una mujer
muchas cosas bellas dando vueltas

En el fondo es azul
y piensa en el mar
y  en un tridente
y no se asusta
en el fondo somos lo mismo

Su huida  le hace algo de gracia
Se ha acostumbrado a las llamas
Y sonríe un poco
Aunque se esté quemando

Puede ver su fuego 
se refleja en los ojos de las personas
algunos brillan más que otros
y  puede verse con más claridad
y quiere detenerse
pero ya no puede

Una dulce chica lo espera
a  veces es luz
pero una parte de ella no lo sabe
Sus ojos oscuros hacen luminosa la tiniebla
no hay nada tras ellos

Él  la observa
no puede ver el reflejo de las  llamas en sus ojos
se detiene
sonríe
y ella lo mira con esa expresión de  todo está cerrado los lunes
Él se rasca la cabeza
(suspiro de dragón)
y espera a que todo por fin termine.

lunes, 1 de abril de 2013

Nocturno del trópico



Sólo porque es de noche
y no encuentro un poema que  aguante mi lectura:
triste
glacial
Sólo por eso escribo  versos:
cálidos
soleados
Y no son mentiras las que me digo:
ve y se poeta
y muéstrales a tus amigos los Alpes
y encandílalos con auroras boreales

Sólo porque es de noche y  conozco poco
no hay un poema sabor a coco
ni un poeta tropical 
haciendo malabares con frutas
No
nada de eso
Sólo metal frío
y sangre congelada
y  nombres imposibles de pronunciar
y  pieles de animales  cuaternarios sobre la espalda

Sólo porque es de noche y no me hallo
me busco poco
y no me encuentro
porque tengo miedo
miedo de ver aquel chico trepado en un árbol
comiendo mango biche
mientras me ofrece  una gran sonrisa entre  verde y amarillo.

domingo, 10 de marzo de 2013

Un joven Kabir y sus espadas, reposan bajo la sombra de una encina





El viento juega con la tornasolada transparencia de su vestido,
sus ojos son una dulce tormenta de fuego
y su sonrisa corta el tiempo en dos.
Cuatro esclavos, con la mirada fija en el camino, cargan su  bella jaula,
mientras los hombres alzan sus cuellos para poder disfrutarla,
se rinden ante la canción metálica de sus pulseras,
su voraz perfume les ablanda los huesos.
Ella es indiferente,
espera un ser digno del filo curvilíneo de su acero.
Altiva, recorre las calles de  pueblos polvorientos,
en  busca de un rival digno de su estirpe.

El joven se sienta a la sombra de una encina,
un poco de agua le ayuda a disfrutar el azul del cielo,
siente la ligereza de quien carga el universo en su espalda,
de quien ha visto al mundo y a sus hombres
cuando se reflejan en una gota de agua que cae de una flor.
Mira hacia el suelo.

Ella pasa por su lado,
Él no mira.
Detiene su procesión,
sus pulseras suenan más que de costumbre,
Él no mira.
¿cómo se atreve?
¿quién se ha creído?
¿acaso será sordo?
sonríe.
Baja de su jaula dorada,
busca al joven,
estira su suave mano y le empuja el hombro,
aquella sonrisa que ha rendido reyes está lista.
Él levanta suavemente la cabeza,
Ella está preparada,
Las miradas colisionan.

La chica lentamente vuelve a su sitio,
la sonrisa se ha ido,
decide  recoger sus pasos
y regresar a su cuarto.

En la noche no puede dormir,
recuerda el  estallido de relámpago en sus ojos:
las espadas del joven Kabir.
Desea verlo.
Recorre la inmensidad de una noche que todo lo devora,
entiende  que, al menos ese día, no lo encontrará.
una exhalación se escapa de lo profundo de su ser.
Sonríe.
Sabe que la bestia que vivía en su interior ha muerto
y que su sonrisa nunca más volverá a ser la misma.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Los hombres de traje





Los hombres de traje se asustan cuando no sienten el peso del metal en sus bolsillos
Sienten que pierden algo cada vez que ven una flor
y sus zapatos brillantes van a donde deben ir
Su risa es amplia  cuando suben las flechas
y fruncen el ceño  cuando no se alcanza una cifra
Las caras tristes no parecen incomodarlos
tienen un jarabe mágico de números en su maleta
Las cosas brillantes  los aman
más que nadie
Algún día
después de mucho tiempo
estarán en una acera contemplando algo azul
y sintiéndose pequeños y tontos
Ese día los miraré como se mira a los niños
y les regalaré una sonrisa venida del cielo
y les daré un abrazo. 

Ahí van poetas

  Ahí van poetas que sin pala ni farol renuncian a la furtividad de la noche para atravesar las majestuosas montañas y buscar tonalida...